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¡Di no! al jarabe de maíz de alta fructosa

La obesidad en México, es un problema de salud pública, que ha crecido en los últimos años. Enfermedades que hace años no existían día a día van en aumento.


Aunque la obesidad y sobrepeso es una enfermedad multifactorial, ya está establecido que la mala alimentación, así como el exceso de alimentos altos en azúcares refinados y grasas saturadas, se ha incrementado de la misma forma que lo ha hecho la obesidad.


Uno de los alimentos que se ha relacionado con el aumento de peso y exceso de grasa en los últimos años, es la sacarosa (azúcar común), así como el jarabe de maíz de alta fructosa. El consumo desmedido de estos, se ha relacionado con "Síndrome Metabólico": Diabetes Mellitus tipo 2, intolerancia a la glucosa (pre diabetes), hiperisulimenia, cardiopatías, cáncer, demencia, hipertensión, insuficiencia hepática, ácido úrico alto, dislipidemia (triglicéridos altos y colesterol LDL alto y colesterol HDL bajo), obesidad central (exceso de grasa en el abdomen).


Pero, ¿Por qué es tan mala la sacarosa y el jarabe de maíz de alta fructosa?

Primero, es importante explicar que la sacarosa (azúcar común) es un disacárido (se refiere a la suma de dos azúcares simples o monosacáridos: glucosa + fructosa = sacarosa). El jarabe de alta fructosa es un edulcorante, el cuál se crea a partir del almidón de maíz, su producto final contiene del 42% al 95% de fructosa.


Aunque, el más utilizado es el jarabe de maíz de alta fructosa en la industria alimentaria, tanto la sacarosa, como éste, contienen fructosa, un azúcar simple relacionado a aumentar el riesgo a presentar las enfermedades anteriormente mencionadas.


La fructosa, la contiene de forma natural la miel, melaza, jarabe/o miel de agave, las frutas y en ocasiones las verduras. Aunque es muy importante aclarar que el consumo de frutas y verduras, no es el problema, al contrario los necesitamos en una dieta correcta, el problema es cuando la fructosa se hace polvo, y es utilizada para dar dulzor a los alimentos.


La fructosa como edulcorante se creó con la primicia de ser un edulcorante para diabéticos. Con la hipótesis, que la fructosa no estimula al páncreas para la secreción de la insulina y mejora el control de la glucosa después de consumirlo. Y sí, aunque hay parte de verdad en esto, lejos de controlar la glucosa, la fructosa empeora el problema, por varias vías. Y esto, es debido a que la fructosa sólo puede ser metabolizada por el hígado, el cuál tiene un tope de absorción para esté. Por otro parte, al no necesitar de la insulina (hormona encargada de disminuir azúcar en sangre) para metabolizarse, no eleva la leptina (hormona encargada de dar saciedad), por lo que es un alimento que el cerebro no lo registra y por tanto no da saciedad, sólo energía (Kcal). Así mismo, aumenta la grelina (hormona encargada de aumentar el hambre), lo que podría causar un aumento de peso. Además, su consumo se ha relacionado a crear cierta dependencia, o adicción al mismo.


Su consumo habitual hace que baje el metabolismo, se inflame el hígado, ya que se sobrecarga, lo que puede desencadenar, hígado graso, resistencia a la insulina, y síndrome metabólico. Y así, un edulcorante hecho "para diabetícos" no es más que un edulcorante que puede agravar la condición de dichas personas, en caso de consumirlo en exceso.


El jarabe de maíz de alta fructosa es utilizado en la mayoría de los alimentos procesados. Está presente inclusive en alimentos que ni imaginamos que pueda contenerlo. La industria alimentaria lo utiliza, por qué es un edulcorante mucho más dulce que la glucosa y la sacarosa. Además de dar cierta estabilidad a los alimentos procesados y es de bajo costo.


Es alarmante la cantidad de alimentos que lo contienen, refrescos, productos lácteos, cereales, dulces, bebidas, jugos, helados, mayonesa, panes, postres, salsas, medicamentos, entre otros; y lamentablemente, la mayoría de los alimentos procesados que se diseñan especialmente para niños, están cargados de azúcares añadidos y jarabe de maíz de alta fructosa. Poniendo en riesgo la salud de futuras generaciones.


Por ello es muy importante leer los ingredientes de los alimentos que consumimos y que consumen los niños. Por más saludable que pueda verse un alimento procesado, sí en los ingredientes está, el azúcar o jarabe de maíz de alta fructosa dentro de los primeros 3 ingredientes, es mejor buscar otras opciones o consumirlos con moderación y no más de la porción indicada.


Las personas con diabetes, deben de tener mucho cuidado al comprar los alimentos procesados que se venden con la leyenda “para diabéticos”, especialmente los sugar free, ya que una forma de enmascarar la ausencia de azúcar, es agregándoles fructosa. Cómo ejemple de estos alimentos procesados: chocolates, panes, pasteles, helados de yogurt sugar free, dulces, cereales, galletas, etc. Por ello, es muy importante que se escojan los alimentos con inteligencia y estar conscientes de lo que vamos a meter a nuestras bocas.


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