¿Hígado graso, por malos hábitos alimenticios?
El hígado graso, o estateosis hepática no alcohólica, es una enfermedad emergente que ha incrementado en los últimos años. Esto, debido a la relación estrecha que tiene con la obesidad, diabetes, resistencia a la insulina y/o Síndrome Metabólico. De acuerdo a la North American Society for Pediatric Gastroenterology, Hepatology and Nutrition, estima que un 20 al 30% de la población mundial la padecen. Así como, 7 de cada 10 personas que presentan obesidad, diabetes y/o síndrome metabólico. En México, la cirrosis, el hígado graso, así como otras enfermedades relacionadas al dicho órgano, representan la cuarta causa de muerte.
Hace algunos años, la principal causa de hígado graso, era el consumo de alcohol. Actualmente el hígado graso se presenta también en personas no bebedoras, es por ello que se le atribuye el nombre de "Hígado graso o esteatosis hepática no alcohólica". La cual, es una enfermedad vínculada con: malos hábitos alimenticios, el sobrepeso y/u obesidad, azúcar alta en sangre, colesterol y triglicéridos elevados, diabetes, así como sedentarismo. El término hígado graso no alcohólico incluye alteraciones mínimas que van desde la esteatosis hepática (grasa en el hígado), siendo una condición benigna, hasta la progresión a fibrosis hepática, desencadenando una cirrosis e insuficiencia hepática, donde el daño ya es irreversible. Por ello, es de suma importancia cuidar el peso corporal, llevar buenos hábitos alimenticios, controlar niveles de glucosa e insulina en sangre, moderar el consumo de alcohol, y llevar un estilo de vida activo.
La causa de la enfermedad, no se ha descrito en la actualidad por completo. Pero se han considerado múltiples factores que intervienen en su desarrollo. El incremento del tejido adiposo (generalmente en la zona abdominal, ya que se vuelve grasa a nivel viceral), ocasiona una elevación de los ácidos grasos libres y la infiltración grasa dentro de las células hepáticas, principalemente en froma de triglicéridos; siendo difícil su eliminación. La acumulación de grasa surge como respuesta a ciertos estímulos como, hipoxia (falta de oxigenación en la célula), inflamación, ayuno, deficiencias nutricionales, exceso de jarabe de maíz de alta fructosa, exceso de azúcar, exceso de calorías, malos hábitos alimenticios, así como varias alteraciones metabólicas.
¿Tengo hígado graso?
Saber si alguien presenta hígado graso no es algo que se pueda determinar a simple vista. Pero señales como, exceso de grasa distribuida en la zona abdominal, llevar malos hábitos alimenticios, cansancio, carácter irritante, así como falta de energía, pueden ser manifestaciones de la enfermedad. Sin embargo se requieren estudios como, una química sanguínea, para ver si hay elevación de de las enzimas hepáticas, así como estudio de imágen como ultrasonido abdominal para el diagnóstico.
Tratamiento
1. Disminuir la grasa abdominal, por medio de una pérdida de peso gradual con asesoría profesional, ya que una pérdida rápida de peso puede agravar la enfermedad.
2. Realizar ejercicio diario o por lo menos 150 minutos a la semana.
3. Llevar una dieta equilibrada, rica en antioxidantes y de bajo índice glucémico (alimentos que no eleven demasiado rápido la glucosa en sangre).
4. Suplementar la dieta con antioxidantes como polifenoles, clorofila, omega 3, vit E, vit D y vit C, así como la silimarina; siempre con la asesoría profesional.
5. Dimsinuir el consumo de alimentos altos en azúcar y que contegan jarabe de maíz de alta fructosa, así como de grasa saturada.
6. En algunos casos también es necesario el uso de fármacos; con extricta vigilancia médica.